El ministro de Defensa Iván Velásquez es un hombre con una amplia trayectoria en la rama judicial del país, procurador regional, magistrado auxiliar, director de fiscalía y magistrado de la corte suprema de justicia. Un personaje con un discurso basado en la justicia social, la dignidad y los derechos humanos, que dice, defender siempre la vida.
El ministro lleva 8 meses en cabeza de las fuerzas militares y de policía de Colombia, y su gestión brilla por su nefasto desempeño. Iván Velásquez muestra un interés inaudito en defender a los criminales del país. Para beneficio de los narcotraficantes, redujo la meta de erradicación de coca de 30.000 hectáreas a 20.000 hectáreas, argumentado que la prioridad será la interdicción y no la erradicación forzada.
Además, el ministro solicitó al congreso que le redujeran el presupuesto a su cartera en un billón de pesos, algo increíble, ante el aumento de la inseguridad en el país. Volvieron las pescas milagrosas, el ELN sale a patrullar a los pueblos ante la mirada de la policía que no puede actuar por orden del gobierno Petro, más de 17 militares asesinados en Tibú, y otros 70 policías secuestrados por “indígenas”. Todo lo anterior sucede ante la mirada y el silencio cómplice del ministro, solo habla para decir que son retenciones y no secuestros, que debemos darle garantías a los criminales y lavarles el dinero del narcotráfico bajo la premisa de la “Paz Total”.
En estos tiempos difíciles, tenemos que defender nuestras libertades y derechos, por más difíciles que sean. Debemos garantizar que nuestros militares y policías reciban el apoyo y la inversión necesaria para lograr sus metas. Debemos hacer todo lo posible para defender a los que se sacrifican por nosotros y rodearlos ante un gobierno indolente, cobarde y aliado del crimen nacional.
Es hora de que levantemos nuestras voces para exigir un gobierno sensato, uno que invierta, apoye y lidere la seguridad de nuestro país para derrotar a los bandidos y criminales que pretenden someter a la ciudadanía.
Es el momento de actuar. Debemos transmitir el mensaje de que nuestros militares y fuerzas de policía merecen ser respaldados con cariño, cuidado y respeto. Acabemos con esta injusticia y luchemos juntos para cambiar las cosas.
¡Una nación fuerte comienza con una defensa fuerte!